Skip to main content

Por: Jaime Silva, Gerente General de CFL Inmobiliaria.

En los últimos años hemos visto cómo la relación de las personas con la vivienda ha dado un giro profundo. Ya no se compra para “echar raíces”, hoy más bien las decisiones están marcadas principalmente por la realidad económica, por nuevas prioridades y por una forma distinta de proyectar la vida.

Es en este contexto que las generaciones más jóvenes han crecido en un país donde ahorrar es cada vez más difícil y acceder a un crédito hipotecario más aún, lo que los hace mirar el futuro con menos apego a lo material y con ganas de tener libertad financiera y mayor movilidad.

En la actualidad Millennials y Centennials y un alto porcentaje de estas mujeres, ven en la vivienda como su potencial ahorro, por no decir el único, transformándose la compra de una propiedad en una estrategia de inversión más que un destino final o en el antiguo “sueño de la casa propia”.

Por otro lado, generaciones más antiguas como los Baby-Boomer con una historia diferente, también siguen presentes en el mercado utilizando sus recursos en propiedades como resguardo patrimonial, porque ya cumplieron con el propósito de la “casa propia”.

En recientes estudios se identificó que el 42% de quienes solicitan créditos hipotecarios para viviendas de hasta UF 4.000 son jóvenes, y dentro de ese grupo, el 47% son mujeres, ya que han alcanzado una mayor presencia laboral y mejor planificación financiera, y hoy lideran buena tajada de las decisiones de compra, el resto de la torta se divide entre Baby Boomers y X.

La vida ha cambiado, las personas han cambiado y seguirán cambiando, quien no se anticipa a esto y no se transforma queda fuera, no solo de la oferta sino de la innovación, porque ya el otro año es tarde.

Quienes estamos hoy al frente de inmobiliarias y constructoras hemos tenido que actuar rápido, crear desde el futuro, anticipándonos a las generaciones venideras y adaptándonos a la demanda actual, ajustando nuestra mirada para al menos 10 años adelante y no dejar de observar a diario lo que va pasando y cómo seguirá evolucionando todo.

Hoy estamos en una máquina a toda velocidad reorganizando prioridades, adaptándonos a las nuevas familias y sus necesidades; generando proyectos accesibles y rentables; priorizando espacios útiles para la vida diaria y áreas comunes que generen bienestar; y por supuesto, eligiendo muy bien donde pararnos para entregar ofertas en buenas ubicaciones que combinen accesibilidad y entornos más tranquilos.

No hay que ser pitoniso para saber lo que se proyecta hacia adelante, donde la opción de querer ser propietario dejará de ser opción y pasará a ser un lujo, y donde el mercado de la renta seguirá creciendo y convirtiéndose en la única posibilidad de algunos y en una oportunidad para otros.

Esta mirada y análisis profundo deja aún más claro que la inversión inmobiliaria es y continuará siendo uno de los pocos caminos de ahorro seguro, tangible y de valor estable a largo plazo, por eso si aún no lo hace, es el momento de hacerlo; ahora es el momento.